

Cuando el reloj marcaba las 2:45 de la madrugada en Ecuador, en las lejanas carreteras de Kigali, Ruanda, tres ciclistas ecuatorianos escribían con sudor y esfuerzo un nuevo capítulo para el deporte ecuatoriano, Richard Carapaz, Jonathan Caicedo y Martín López estaban en la salida del Mundial de Ciclismo en Ruta 2025.
El recorrido no fue fácil para ninguno de los competidores porque fueron 267,5 kilómetros de recorrido, con una duración de 6 horas con 21 minutos, un desafío para cada uno de ellos, el desnivel de 5.400 metros que parecían no terminar.
Desde el inicio, el pelotón volaba, y ahí estaban nuestros ciclistas élite defendiendo los colores del Ecuador con la pasión y el amor que tienen por este deporte.
Sin embargo, el desgaste fue demasiado y ninguno logró cruzar la meta. Martín López abandonó la carrera a falta de 80 km, Jonathan Caicedo se retiró faltando 24 km y la “locomotora” del Carchi ya no pudo seguir el ritmo y se retiró a más de 20 km. Pero más allá del resultado, se pudo observar que dejaron un mensaje claro y es que: “La verdadera victoria está en atreverse a soñar y luchar, incluso cuando el camino esté lleno de desafíos que se deba atravesar”
Finalmente el joven esloveno, Tadej Pogacar, obtuvo el primer lugar, mientras que el belga Remco Evenepoel se quedó con la medalla de plata y el irlandés Ben Healy completó el podio con la de bronce.
Aunque Carapaz, Caicedo y López no levantaron los brazos en Kigali, su esfuerzo es reconocido en cada hogar ecuatoriano que madrugó para seguirlos y apoyarlos a través de las pantallas y en las carreteras de este país, en la que ecuatorianos alzaban la bandera con mucho orgullo, pues nuestros ciclistas nos recordaron que este deporte no solo se mide en victorias, sino la valentía de enfrentarse a los gigantes del mundo con el corazón pintado de amarillo, azul y rojo.
Hoy no hubo medallas, pero sí orgullo. Orgullo de saber que Ecuador sigue pedaleando en la ruta del sueño mundialista.
Por Macarena Mencias